de Sandra Massera

Épocas y personajes en Hotel blanco

En Hotel blanco se entremezclan y conviven en un mismo espacio escénico dos épocas históricas: el llamado período Heian de la historia japonesa (794 a 1185 D.C.) y la época contemporánea del siglo XX posterior a la Primera guerra mundial.

Ryunosuke Akutagawa (1892-1927) vivió bajo la conmoción y contradicciones entre dos realidades socio-políticas en Japón: el imperialismo y la apertura a la modernidad. Fue testigo de una época de grandes tensiones y fracturas en la que Japón se debatía entre la nueva influencia de Occidente y la preservación de sus ritos y tradiciones. Universitario estudioso y especializado en literatura inglesa, se deja influir por los autores canónicos de Occidente a la vez que se rinde al influjo irresistible de la historia del Japón de la época feudal.

Un autor que influyó decisivamente a Akutagawa fue Robert Browning (1812-1889), poeta y dramaturgo inglés, quien en 1868 publicó el largo poema en verso The Ring and the Book. Basado en un complejo caso de asesinato en la Roma de la década de 1690, el poema está compuesto por doce volúmenes que comprenden diez extensos poemas dramáticos narrados por los diferentes personajes de la historia, quienes van revelando su participación en los hechos. Se cree muy probable que Akutagawa se inspirara en dicho poema para escribir su célebre relato En el bosque, en el que los principales personajes dicen su versión acerca de un asesinato, incluyendo la propia víctima por la intermediación de una médium.

"Ya ves que todos dicen su verdad"
Con esta frase, uno de los personajes de Hotel blanco intenta dejar en evidencia la situación creada a lo largo de toda la obra teatral: cada uno dice lo que sabe o cree saber, más allá de cualquier otra consideración.
El relato En el bosque trata acerca de la verdad y su naturaleza esquiva y engañosa. Por eso se ha convertido en un relato que ha fascinado e influído a varias generaciones, incluyendo al cineasta Akira Kurosawa en su película Rashomon de 1950.
En Hotel blanco dicho relato se toma como eje y todos los personajes se relacionan de una u otra manera con lo que ocurre en un encuentro final en los jardines del juzgado.
Otros cuentos que se tomaron como inspiración son Rashomon, El biombo del infierno y Los engranajes.

El autor, los personajes inconclusos y los personajes de los relatos.
En Hotel blanco hay tres tipos de personajes que conviven en la escena.
El autor, personaje que representa al propio Ryunosuke Akutagawa, ya muerto y que sin embargo sigue deambulando por los pasillos y habitaciones del hotel donde se quitó la vida hace más de ochenta años.
Éste y El Otro, personajes sin terminar que interaccionan con el autor y el público. El autor no les terminó de escribir su relato y están por ahora adheridos a sus requerimientos y emociones. No tienen vida propia pero intentan participar y tener identidad y un nombre.
Los personajes de los relatos que sólo tienen conciencia de lo que ocurre dentro de su historia y no ven más allá de lo que pasa en su respectivo relato.

En la interacción de estos tres planos de personajes radica la esencia de Hotel blanco como un macro juego acerca de la razón de existir de la ficción.

El autor es el padre literario de todos, los conoce, se desconcierta, los ama, se fastidia y les teme. Se da cuenta que hay cosas que no puede cambiar y que los personajes tienen sus secretos e impulsos más allá de la voluntad del creador. Es consciente de la presencia de todos y del público.
Éste y El Otro también son conscientes de la presencia de todos y del público pero saben que están en proceso, tal vez de disolverse. Su ansiedad aumenta a medida que el autor no les escribe nada para ellos e intentan ocupar el mismo lugar que tienen los personajes con nombre y destino.
Los personajes de los relatos son adaptaciones y reformulaciones, a veces inspiradas directamente en los cuentos del propio Akutagawa, otras veces creaciones de la autora de Hotel blanco a partir de una frase o una alusión de Akutagawa o inventados en su totalidad. En ellos se hace evidente la idea de fragmento, incompletitud y sutileza de la presencia de las entidades que tipificamos como personajes.

Desgraciado personaje de un solo párrafo, ¿adónde queda el resto de tu historia?
La esencia de algunos personajes es la brevedad, la alusión efímera, la referencia apenas delineada. En esta pieza dramática se hace presente la esencia  inquietante de esas presencias breves de la literatura. El autor reflexiona acerca de cómo sería un personaje si tuviera otra oportunidad, si le hubiera dedicado más líneas, si hubiera contado otra parte de su historia. La parte que nadie sabe, ni el propio autor.
El tiempo después de la muerte parece ser un buen momento para completar lo que falta, o eso cree Ryunosuke, absorbido por la obsesión de hacer lo que no ha podido hacer en su tiempo.
En esta pieza escénica nos encontramos con un escritor como personaje, impaciente y melancólico, que a diferencia de lo que suele ocurrir cuando los personajes interactúan con el público, no es complaciente ni considerado, sino de temperamento agrio y triste.  El perfil reflexivo del autor se contrapone con el aspecto lúdico y sarcástico de los personajes de Éste y El Otro y con la expresión temperamental de las pasiones de los personajes que están dentro de los cuentos.

En el estilo de Akutagawa hay sobriedad y economía del lenguaje, pero a través de la forma concisa corren energías primitivas y muy fuertes. Muchos de sus personajes actúan dominados por fuerzas pasionales, que los acercan a esa energía primaria, ese placer que también busca esquivar el dolor o la angustia.
Se dice que en Akutagawa, la fuerza primaria, distinta de la armonía de la racionalidad, siempre triunfa. La fuerza animal vence a los principios superiores de la razón, y de los valores abstractos, aunque revele el costado más sórdido del hombre. Y cuando esta fuerza se suspende, para el escritor japonés, es momento de preparar la muerte.